sábado, 26 de diciembre de 2009

Recuerdos vivos

...Y me quedo con el roce. De guardarme en el bolsillo los ahoras infinitos...





Y de pronto, soltó la baqueta.
Y de pronto, silenció la música, y silenció los segundos
con el sonido seco de la madera al tocar el suelo.
Enamorado de aquella imagen entre el público.

Y tiemblan los ventanales con sus filigramas,
del húmedo deseo que atraganta las notas sostenidas,
y el vuelo danzante de los compases descontrolados.
Diluvian recuerdos en el jardín de las palabras.

El sonido ronco de la madera, y el asombro
entre la gente. Y su cuerpo es el pentagrama,
y sus palabras la sonata. Y su musa,
su musa se perfila ante el rojo aterciopelado de los asientos.


VIVO DE TI, vivo de la visión nocturna, del completo que crea tu existencia. De las metáforas en La menor que desprenden tus labios. Vivo de un piano pausado cuando te encuentro. Y del loco juego de buscarte entre las sombras, cuando no estás. Vivo de coser en mi piel tu presente.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Nothing else

Se encienden las farolas, y veo a mi angel,
agachado, escribiendo versos bajo las alas mojadas,
sobre la acera mojada. Disfrazado de niebla.
Vapor de olvido.
Para cantar nanas entre las cortinas,
y recojer los restos de cristal que cayeron de su alma,
rota escaleras abajo.
Aprieta el bolígrafo. Hasta sentir la tinta en las muñecas.
El paisaje del recuerdo en tonos oscuros
sobre su pecho. Río de lágrimas, y el color,
en el asfaltado lienzo del presente.

...Y nada importa.

martes, 15 de diciembre de 2009

Pensando en ti

Tengo exáctamente 4:47 minutos para escribir esto,
4 minutos para recordar, para hundirme en el pasado.
El tiempo justo para dejar caer la lágrima y revivir.
Pensando en tí...
Y aun se me escapa el alma al escuchar,
y me pregunto, por primera vez,
¿Qué hubiera pasado si cambiaran nuestras elecciones?
Y qué, si el mar hubiera arrollado con todo
hasta romper la presa de las emociones.
A veces, mirar al pasado, escucece.
Dedicar palabras al viento. Soñar despierta que no han pasado las horas.
Soñar, soñar, soñar. Tú fuiste la primera persona
que me enseñó ese significado.
Me diste las ganas de romper los hilos. Y los rompí.
Y aunque no lo creas, escapé...

Pero ha pasado el tiempo.
Y prefiero que quedes en mis recuerdos.
En el final de este baúl, en tu hogar.

martes, 8 de diciembre de 2009

¿Sabes a lo que me refiero?
Cuando miras por la ventana, y ves como se alejan las nubes. Y te sientes separarte de tu propio cuerpo.
¿Sabes lo que susurro cuando mis pensamientos se vuelven indescifrables hasta para mi misma?

¿Comprenderías si te dijera que mi sino es repetir incesantemente un nombre hasta el eclipse del delirio? ¿Sabrías entender esta locura maniatada? ¿Sabrías amarla?

¿Me dejarías mirarme, mientras veo como me desdoblo, al otro lado del piano? ¿Como intento rozar el sabor de los sonidos con la punta de mi lengua?

Ojalá entendieras que tengo necesidad de frío, que necesito que se apodere de mí, y sentir la gigantesca manta del momento rodeandome. Cerrar los ojos y escuchar los suspiros del aire. Amar el segundo, la hora. Vivir este continuo infinito arder del alma.

sábado, 28 de noviembre de 2009

¿Un nombre?

Ansiedad.

Esta constante disputa contra mi misma,
en la que nunca salgo ganando.

La espada y la pared, afiladas por igual.

Y una canción como escudo, y cruzar los dedos hasta que duela.

Aguantar la respiración y lanzarme contra las sombras.


Eso me dice mi cabeza, que soy yo, o ellas.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Los espacios en blanco, las comas, los silencios, pausa entre calada y calada.
Se me atascan tantos y tantos conceptos, y siento las palabras entre los dientes, en el paladar.
La ansiedad que produce el estallido del alma.
Cierro los ojos, me enamoro de este ligero mareo. Y al otro lado de la calle sonrie una niña.
Con eso me basta, y me meto en las sábanas buscando otra vida.

Sueño con aquello que se queda en la puerta, le animo a salir al exterior...

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Salvaje


Quiero abrirme en dos,
sentir el rugido subir por mi garganta,
que no queden testigos,
sentir a la bestia rasgar las sábanas.
Quiero el aliento de los hechos,
en mi nuca, el sonido sangrante de la bala.

Quuiero perder los iconos y las relacciones,
INcomprenderme,
INcontrolarme,
ser el estado puro del INdominio.
Quiero, salvajemente,
Volver,
Encontrarme.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Perdiendo los contornos.

Es complicado intentar explicar algo demasiado real con palabras abstractas. Que hay veces en las que los acontecimientos nos hablan demasiado ALTO, y demasiado CLARO, creo que no tiene otra forma de explicación.

A veces profundizamos en nuestra propia vida, en nuestro propio ser, por llamarlo de alguna forma, e intentamos medir, de alguna manera, el nivel de calidad que estamos tratando hasta el momento. Creo que algo en mi ha hablado al sentir esto, en forma de frustración, al mirar el medidor, y darme cuenta de que falta algo, de que podría exigirme más. Más vida. Más ganas de perder el equilibrio. Más fuego en mis arterias. MÁS yo.

Hace poco elegí una nueva vida, nuevos enfoques. Primero jugué, y jugué hasta el punto de hacerla cierta. Y sonreía. Elegí eso, y eso obtuve.

Supongo que esa es la mágia del ser humano. Sabemos llegar a las metas aunque nos guste jugar a que lo hemos olvidado.



Pero ahora algo vuelve a hablar, y a ponerme a prueba.










¿Hora de rozar el límite?

















Y mi último poema... sí, volviendo un poco a los orígenes.








Me arranqué por un beso tuyo, por tu tacto,
me comprimí en un vacío, por tus huellas,
perdí la vista, perdí la noción del espacio.
Por tu aliento, he tumbado dioses.

He creado universos, los dejé en tu ventana,
grité hasta que me escuchaste entre mil rostros,
entre mil garras, mil fuegos,
grité hasta sentir tus ojos en mi alma.

Y solo me queda este verso, este trapo sucio,
para demostrarme que me quisiste,
SOLO me quedan palabras, solo me queda mirar
la perfección en el horizonte,
la perfección que ayer tenía entre mis dedos.

sábado, 14 de noviembre de 2009

A LOS LIBERTINOS

Voluptuosos de todas las edades y de todos los sexos, es sólo a vosotros a quienes va dedicado este libro: nutríos de sus principios, que favorecen a vuestras pasiones; esas pasiones con las que fríos y anodinos moralistas os espantan, y que no son sino los medios que la naturaleza utiliza para que el hombre logre comprender los designios que ella ha trazado con respecto a él. Obedeced solamente a esas deliciosas pasiones, cuyo órgano es el único que os ha de conducir a la felicidad.
Mujeres lujuriosas, que la voluptuosa Saint-Ange sea vuestro modelo; despreciad, siguiendo su ejemplo, todo lo que sea contrario a las divinas leyes del placer a las que se encadenó por el resto de su vida.
Jóvenes reprimidas durante mucho tiempo por los absurdos y peligrosos lazos de una ilusa virtud y de una religión repulsiva, imitad a la ardiente Eugenia; destruid, pisotead con la misma rapidez que ella todos esos ridículos principios inculcados por unos padres imbéciles.
Y vosotros, amables libertinos, que desde vuestra juventud no tenéis otros fenos que vuestros deseos ni más leyes que vuestros caprichos, que el cínico Dolmancé os sirva de ejemplo; id tan lejos como él si queréis recorrer todos los caminos de flores que la lascivia os tiene reservados. Convenceos, a la luz de sus enseñanzas, de que sólo ampliando la esfera de sus gustos y de sus fantasías , y sacrificándolo todo a la voluptuosidad, es como el desgraciado individuo que se denomina hombre, arrojado a este triste mundo a pesar suyo, puede llegar a sembrar algunas rosas sobre las espinas de la vida.





Introducción de Filosofía en el tocador, Marqués de Sade

lunes, 9 de noviembre de 2009

Y me pierdo en los colores, en las formas, en los sonidos...







.Y
Qué
Delicia.

:)

domingo, 25 de octubre de 2009

Y ya no soy capaz de veros correr en sentido contrario,
y me quedo como una niña pequeña, entre los gritos,
a lo lejos se ve el temido monstruo de la consciencia.
Qué jodidamente sencillo es pararse, soltar el lastre,
y mirar a los ojos al presente.
Qué sencillo darse cuenta, qué terriblemente fácil
el olvido.


Las piezas del puzzle están sobre la mesa,
el cigarro se consume en el cenicero,
la vida espera paciente, en los escalones de la puerta.

lunes, 19 de octubre de 2009





Si pudiera dibujar, aquella silueta,
si mis palabras cobraran forma, y como un dios
mis dedos crearan el toque divino del comienzo,
si mi aliento pudiera dar color, vida,
y saliera de esta cárcel de palabras.

Te regalaría CADA uno de estos momentos,
cada frustración y sonrisa, cada reencuentro.

Y me agacharía sobre el lago, te daría las ganas de nadar.
Me dormiría en tus latidos, para siempre.
Te comtemplaría eternamente, vida,
te comprendería, para siempre,
te justificaría.

martes, 15 de septiembre de 2009

Fugaz

Fríos, como el suspiro de un ángel,
sus dos ojos, fríos, como una noche en el desierto.
Y sobre mis hombros, frios, dos eclipses lunares,
el inombrable verbo del infinito.

Reconozco la chispa del deseo, pero no puedo entregarme al gigantesco mar de asombro
que se abre ante mí misma.
Es demasiado pronto para el mundo de los sueños.

La línea de tus labios, el haz que traza tu espalda,
se borrarán sin remedio,
se irán las palabras, todo lo pronunciable,
y lo fugaz.
Se irán tan veloces como el nombrar de un te quiero.

Pero oye, he memorizado tu sonrisa...
Intacta en mi cabeza.
La mejor fotografía jamás revelada.
Y he guardado en mi cabeza el tesoro de tus ojos,
del más allá de tu mirada.

Para siempre...

Porque fría quedará tu imagen, helada,
al final del baúl de una vida entera.
Fría tus sonrisas, frías tus manos,
frío... el mismo cálido negro de tu figura.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Sin más palabras

Quizás intente olvidar las reglas del juego,
y perderme en las prohibidas curvas de tu cuerpo.
Quizás ignore que tus labios queman,
que tus manos no sigen direcciones preescritas.
Quizás sea una suicida buscando tus suspiros.

Pero aquí me ves, y puedo jurarte
que mis intenciones no tienen un ápice de limpias,
que quiero cortar esta tensión de la forma
más salvaje que puedas imaginar.
Quiero no arrepentirme de haberte dejado escapar
otra vez más.

lunes, 31 de agosto de 2009

Viajeros,
en permanentes tierras extrañas.
Buscadores de oro en el polvo
de los recuerdos.

Poesía y sexo,
y evoluciones disparatadas,
la droga de la experiencia,
convertida en anticonocimientos.

Sabrás que estás en el barco
cuando las respuestas llegen solas.
Cuando mires al cielo, pierdas conceptos,
la vida se cuente en momentos,
(momentos que no se cuentan en horas)

Cuando nazcan sonrisas
de la cruda desesperanza.
Y sabrás que estás dentro cuando me encuentres
con los brazos abiertos en el desfiladero
de los sueños reencontrados.

Yo intento revivir el sabor de un beso,
sin desgastar las palabras,
abrir el telón para sentir el miedo escénico,
intento ganarle batallas al tedio,
convertir(te) en un recuerdo imborrable
cualquier tipo de pasado.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Nunca llegó a conocer el lugar del que provenía, ni tuvo la posibilidad de escuchar la voz de sus progenitores. Nació en medio del dolor, y su única protección fue aquella espada plateada que sostenía fuertemente en el momento en el que abrió los ojos por primera vez. Su llanto fue un aullido seco en mitad de una terrible tormenta desatándose en las orillas. El agua, la sal, y la arena, su cuna.
¿Por qué, si no sabía nada de su pasado, sentía con tanta fuerza aquella energía dentro de sí? conocía el camino a casa, o así lo creía ella, cuando corría como una bestia herida entre todas aquellas tinieblas.
Su única realidad era que a cada paso, el dolor de su pecho cesaba levemente, y su miedo se sosegaba. ¿Cual sería el final de todo aquel extraño camino?

Llegó a un claro en mitad de un bosque de altos árboles, y se detuvo en seco. Creía escuchar pasos a lo lejos, el enemigo. Agudizó el oído mientras sacaba lentamente la katana de su funda. El viento doblaba lo troncos, y un ave nocturna rompía el silencio sepulcral de aquella noche. Sus ojos anaranjados se entornaron para ver a lo lejos... sí, allí estaban, pequeñas formas iban acercándose desde lo lejos. Sintió ese escalofrío que tan bien conocía, la sensación previa a la batalla. Y sin vacilar salió corriendo al encuentro de sus enemigos.



Lejos, muy lejos de allí, una muchacha yacía tendida en el suelo de su habitación. El agujero en su pecho no dejaba de sangrar, manchando toda la envergadura del cuarto, lo que daba a sus largos cabellos rubios un tono naranja encendido. Desde arriba incluso daba la impresión de encontrarse en llamas.
En su mano derecha, fuertemente sujetos, se encontraban un pequeño revolver, y una pluma que vertía su contenido negro poco a poco.
En el escritorio, justo en frente de ella, se hallaba un lienzo con el dibujo de una mujer desnuda de espaldas, tendida en la playa en una noche de tormenta, y con dos enormes alas negras cubriendo todo su cuerpo...

lunes, 17 de agosto de 2009

¿Vencida?
Había sido la batalla más dura que había librado jamás. Y allí estaba, encarando a su intacto rival mientras contenía en silencio su último aliento.
La sangre brotaba de cada una de las heridas de su cuerpo. Su pelo, sucio y despeinado, caia encima de su cara. Se apoyaba dificilmente en el mango de su espada mientras miraba al suelo. ¿Rendición?
-¿Por qué no dejas de sonreir, no ves que estoy a punto de matarte? Todo, todo tu mundo y todo lo que te rodeaba te ha fallado. Ni si quiera tienes fuerza para sujetar tu arma. ¿Y aun tienes el valor de sonreir, descarada ante tu final?
Era cierto... apenas podía mantenerse en pie. Así que decidió sentarse con las rodillas cruzadas y concentrar las pocas energias que le quedaban. Seguía sonriendo.
Lo había comprendido en el ultimo momento. Sus labios se torcieron aun más.
-Como siempre, en el último momento
-¿Como dices?
Clavó la espada en el suelo y levantó la mirada hacía aquel que intentaba ser su verdugo. Después de deshacerse de la espada que le había regalado su padre, se arrancó la capa junto con la cual había librado interminables batallas, y trozo por trozo fue tapando todas las heridas de su cuerpo. Dejó escapar una lágrima, solo una.
Su asesino la miraba curioso, aunque cierto era que algo de inquietud comenzada a recorrerle por dentro.
-Estás muerta, ¿me oyes?
No le escuchaba, y lentamente fue anudando todo su cuerpo con aquel valioso recuerdo. No dejaba de sonreir por un momento.
Terminó rápido, y volvió a alzar la mirada hacía el enemigo.
-No, no estoy muerta, de hecho, creo que deberías rendirte ya antes de morir tu.
El enemigo dió un paso atrás. No, no podía ser, ella estaba derrotada, todas las fuerzas le habían abandonado... y sin embargo, contemplaba casi con temor como poco a poco aquella pequeña muchacha se recomponía y le volvía a enfrentar cara.
Esa mirada...
-¡Estás muerta!-Volvió a exclamar, y se abalanzó contra ella con todas sus fuerzas.
No hubo un momento de duda, con una rápida cinta ella le esquivó, para hundir con todas sus fuerzas su espada en la espalda del contrincante. Antes de que él pudiera emitir ningún sonido ella se dio la vuelta y de un limpio corte separó la cabeza de su enemigo del resto del cuerpo en un arcaico esfuerzo final.

Ya estaba, era el final. Sus cabeza de pronto se vio en paz, y cayó al suelo junto con su espada rota.

Como siempre... tenía que comprenderlo en el último momento.

Estaba sola, era cierto, y todas las verdades habían caido definitivamente. No quedaba nada, absolutamente nada que demostrar. Y sin embargo el aire seguía siendo fresco y limpio...

Aspiró con fuera, y después volvió a sonreir mirando hacía el claro horizonte.

Ya no tenía miedo. Y por un momento, para ella todo volvió a ser unidad.

jueves, 13 de agosto de 2009

Distorsión

Es triste
esconderse entre los tambores de guerra,
e intentar contener,
de forma casi cómica
toda esta rabia.

Os puse en el punto de mira.
(No, no voy a pedir disculpas)
Algo me impulsa a apretar el gatillo
contra esa marea de rostros anónimos.

Me siento asustada,
y es triste,
demasiado triste, sentir el corazón
cada vez más pequeño, cada vez
más espacio.
Y menos consciencia dentro de mí.

No puedes exigirme que siga en pie.
Tampoco que llore incoherencias.
Que sienta, que me disculpe, que escape.
Analicé las consecuencias, creo,
pero ya es demasiado tarde.



Borroso... Todo está borroso.

Las verdades han caido por su propio peso.

miércoles, 5 de agosto de 2009

... El otro lado.

Siento el fuego en las miradas,
los músculos están en tensión,
y el aliento se corta.
sobran.
Cada
una
de estas
palabras.

Es el final, el otro lado me llama,
siento al dragón rugir detrás de mi espalda,
y siento las cadenas, el cansancio.
Siento caer las barreras a mi paso.

Arrastrame al infierno, le grito,
deja que me consuma este fuego.
De una vez por todas
arrastrame al infierno de donde vengo.

Es inutil resistir a mi esencia.
Si al esquivarla la busco en cada hueco.

De guerrero a suicida,
con el puntero en una hoja en blanco.

Y en mi pecho algo sigue en llamas,
algo que no consigue apaciguar la lluvia de esta noche.
y en mi boca se mezcla el sabor de la sangre,
y de la derrota.
Nada debería ser tan
Perfecto.

Nunca...
Nunca debería haber abandonado
el escondite del silencio
en aquella carroza de cristal.

viernes, 24 de julio de 2009

Caos, dulce caos...

Creo que el extremo a veces consiste en mantenerse en la linea que separa los dos lados. Y es terriblemente tóxico.
Por eso a veces me gusta resbalar, hacer como que pierdo el equilibrio y caer en la nube del desconcierto.
Sin embargo, ojalá tuviera la fuerza necesaria algunas ocasiones para hacer un salto del angel al vacio, con los ojos cerrados y las manos abiertas.
Sí, quien no ha deseado alguna vez poder perderse en la locura de unos instantes o unos años, si fuera necesario. ¿Quien no desea morir saciando esa curiosidad anhelante que nos atrae a la ruleta rusa de la completa inseguridad?
Yo, me considero pecadora.
En pensamiento, en palabra, y en acción.





Hoy acompaño la entrada con un poema... si, a veces me gusta ser un poco masoca y revolver en mis recuerdos. Por suerte aún no he perdido la llave del baúl.



Dulce y salvaje caos,
fue lo que encontré entre tus brazos.
Salvajes, como tus labios.
El inicio de un final,
y el descontrol.

Odio esta pacífica tristeza,
esta tregua con mi alma.
Odio estar a medias, romper poemas,
tachar palabras que se queden cortas.

Creo... creo que por eso dejé de escribir.

Todo ha quedado en un maldito limbo,
mis manos, atadas, mi boca cobarde,
tus pasos alejandose sin retorno.

Todo lo que llego a recordar es una neblina
que a ratos se confunde con la propia realidad.
Y mi templo cae, lo siento,
recordé mis plegarias demasiado tarde
para poder volver a evocarte,
mi querido demonio.

Todo, todo,
el terrible pasillo que se abre delante de mi,
y yo no se acostumbrarme a esta paz.
No se ser más humana, se olfatear tus huellas,
y mirar paciente como cae la luna.

Las fieras, realmente, no entendemos
de otro tipo de emociones.
Los guerreros, realmente, no sabemos
vivir después de la batalla.

No hay canciones,
no hay medallas.
Queda mi corazón latiendo a cámara lenta,
y manchas en las paredes,
quedan recuerdos fosilizados.
Piedras oscuras que un día fueron lava rio abajo,
el final del pasillo sin retorno del caos.

jueves, 16 de julio de 2009

Sensación de vértigo

No se en qué momento trepé a este edificio,
ni en qué escalón dejé de mirar hacía abajo.

Y no es que nunca me arrepienta. Y no es que nunca lo haya intentado...

Vi a aquella mujer que se alejaba con sus tacones negros,
y no fui capaz de sujetar su hombro
y decirle que ya estaba en ella.

No fui capaz de abrazar en silencio aquel poeta callejero.

20 pisos por encima de mis principios,
qué elegante forma de llamar al suicidio,
20 pisos en el edificio de mi vida,
descendiendo a toda velocidad.

Anudadas las neuronas,
anuladas las pasiones,
canciones que forman metas,
que fui perdiendo como monedas
por estos escalones.

¿Por qué gritais, si nadie escucha?
¿Por qué nunca intentasteis escuchar...?

Y aguanto las arcadas, esta maldita sensación de vértigo.
En susurros se escucha el mayor de los lamentos,
aquí, dentro de tu cabeza.

No me arrepiento de estar en lo alto del edificio, sea cual sea el camino siguiente.
Sonrie, Ángela... nadie está mirando.
No hay víctimas en este teatro,
no, nadie está consciente.

sábado, 4 de julio de 2009

Miro hacía atrás





Miro hacia atrás, desnuda,
y los sabores se derriten en mi paladar desgastado,
y observo el pasado como una pelicula
en blanco y negro.

Miro hacía atrás esta noche,
y los recuerdos se prostituyen y se disfrazan,
y solo dejan el olor de la experiencia,
fotografías plastificadas.

Miro al horizonte de las vivencias,
y creo sentir pieles sin nombre,
y emociones concentradas en un vaso
de ese fragil cristal.

Intento detener esta fugacidad
que voraz devora todos los colores.
Solo queda el cariño intentando
camuflar sentimientos que solo son
polvo en mis bolsillos.

Miro hacía atrás y sonrio...
malditas estas manecillas,
que me hacen recordar con gracia
lo que ayer me robaba la vida.

martes, 30 de junio de 2009

Ya me ha pasado varias veces este mes. Abro el blog, clico en "nueva entrada", y me quedo en blanco totalmente; y tampoco se puede decir que sea porque no hay nada interesante que contar, de hecho creo que hay demasiadas cosas rondando por mi vida y por mi cabeza. Quizás sea porque, al igual que en mi habitación, nunca consigo poner en orden las cosas dentro de mi cabeza.
Posiblemente esto se quede en otro de esos intentos vanos de dejar algo escrito, más que nada para respetar esas etapas de abstinencia lírica que se me autoimpone cada cierto tiempo. Pero en fin, aquí estoy, sentada delante del ordenador con el café de cada tarde y haciendo un pequeño recuento de los últimos episodios de mi vida.
Sí, creo que una buena frase para empezar la reflexión es lo último que me susurró el manual del mesias, unos minutos antes de partir para Valencia. Decía algo así como... "¿Cuando aprenderás a esperar lo que no puedes imaginarte que ocurrirá?"
Lo cierto es que el pequeño manual nunca había estado tan acertado como en aquella ocasión. Generalmente es algo que creo que nadie hace, es decir, tenemos esa pequeña concepción de la vida, con todo perfectamente encuadrado y localizado, y de pronto, zás, toda la habitación patas arriba, y nuestro concepto a hacer gárgaras. Después, claro, viene el dolor, la negación del desconcierto. y nos convertimos en nuestros perfectos mártires. Muy a menudo nos gusta negar nuestros deseos..."eso no podría pasar nunca...", proteger personas pensando que jamás serían capaces de X o Y (sobre todo cuando estamos desgraciadamente enamorados) y no hacemos otra cosa que pegarnos una y otra vez porrazos contra ese muro invisible llamado devenir.
¿En mi caso? Bueno, podría aplicarse para los dos ejemplos, pero creo que de las personas, y de las tonterías que llegan a hacer por miedo, ya hablé anteriormente, por lo que no le voy a dar más importancia al asunto.
No voy a decir que haya llegado a ese grado de "me espero cualquier cosa", pero me alegra saber que sí que he logrado adquirir cierta paciencia con las personas y sus reacciones... Con las situaciones, bueno, la cosa se complica un poco, pero todo sea cuestión de tiempo.
Se podría decir que he encontrado unos cuantos trozos que encajaban conmigo perdidos por el mundo, y ha sido una grata sorpresa. Pero bueno, aun queda muchisimo por andar.
En definitiva, creo que es el momento de dar un respiro a esto, a ver si poco a poco, y cuando menos me lo espere, las letras vuelven a caer solas sobre el papel...
Hasta entonces :)

jueves, 4 de junio de 2009

A solas con mi conciencia

"-¿Has tenido que esperar tanto tiempo para contarme que todo esto era una broma?
-Bueno, lo más posible es que mañana se te haya olvidado, quizás si te lo hubiera contado ni si quiera hubieras recapacitado en ello.
-Sí, bueno... me cuesta hacerme a la idea de que mañana posiblemente toda esta energia haya desaparecido. Ahora me siento tan poderosa...
Ayer lloraba de rabia, hoy escribí en aquella pared lo primero que se me vino a la cabeza, ¡y me he reido como una niña pequeña!
-"¿Fuck you, cariño?"...
-Sí, ja ja. Mejor no preguntes. Centrate en la cuestión de que ayer, precisamente a estas horas, me hubiera sido imposible concebir esa frase en mi cabeza sin rabia, abandono, tristeza o impotencia.
-Tampoco intentaste sonreir, buscar el enfoque, ¿no es así?
-¿Acaso cabría la posibilidad?
-Siempre, repito, SIEMPRE cabe la posibilidad de buscar otros enfoques, mientras ninguna verdad sea absoluta, qué narices te retiene en alguna de ellas.
-Cierto...
-Y sin embargo, no puedes luchar contra estas etapas, contra este devenir emocional que abruma día a día. Si esto responde a tu pregunta, sí, mañana volverás a hundirte, y quizás te levantes más deprisa que hoy. Ahí esta el quiq de la cuestión, ¿no es emocionante?
-¿Emocionante? Perdona la expresión, pero creo que es una mierda rotunda.
-ja ja ja. Tranquila, ya te darás cuenta, bueno, de hecho me temo que ya lo sabes, de otra forma no podrías estar escribiendolo en este blog. Ya abrirás los ojos a la idea de que ninguna experiencia es "mala" o "buena" (Piensa en lo que antes comentabamos a propósito de las verdades...) Es cuestión de vivir, de experimentarte al máximo, de ese tópico tan desgastado que dice que sigas tus anhelos más profundos.
-Sí, sí, todo eso es interesante... Pero y qué pasa cuando hacemos daño a terceras personas.
-Solo es parte de tu experiencia. Muchas veces hacemos daño, o esa es la impresión que nos da. A veces las que se hacen daño son las propias personas... Pero en fin, quizás eso ya lo hablemos en otra ocasión. (¡No queremos aburrir a los lectores!)"

martes, 2 de junio de 2009

El puntero parpadea sobre el fondo blanco.
El cenicero está lleno de colillas,
la mesa cubierta de restos.
No hay música, ni inspiración, ni fondo.
Poemas vacios.
Sentimientos oblicuos que se pegan a los momentos.
Y mañana será otro día.
Y otro despertar con nuevas palabras, misterios,
miedos. Soles despuntando en el horizonte
de las incertidumbres.

Qué abstractas son las sonrisas
cuando son arrancadas de aquella fotografía
para transportarlas a un infinito irrelativo.
Y qué abtractas estas letras sin sonido.

Llueven ideas, noches, colores.
Pero no hay formas.
Tampoco intenciones, perdidas en el laberinto
del profundo objetivo.
Ayer asesina, hoy victima de mis acciones.

Golpes de voz, formas sin nombre,
nombres que nunca tendrán una forma.
Detenme aquí, en este salón, detenme frente
a esta pantalla, entre el humo y los sonidos
que logran colarse por la puerta del patio.
Y no preguntes más.

Contén el tiempo como si fuera tu respiración,
déjame en ese latido, descomponme.
Puede que entonces empieces a entenderlo todo.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Ser o no ser


Como siempre, yo y mis manías, no soy capaz de escribir algo a menos que esté "exaltada" de alguna forma. Sí... hoy me hacía una sencilla e inocente pregunta, y he llegado a quemarme mucho por el tema al no encontrar ninguna contestación lógica. La preguntita en cuestión venía a ser algo así como:
¿Por qué narices no somos sinceros con nosotros mismos?
Nos ahorrariamos más de una llantina, borrachera, y ese laaaaargo etc que tan bien conocemos todos.
Ojalá cada uno de nosostros pudiera darse cuenta a tiempo que hay bienes más importantes que un cochazo, o una mansión de cuatro plantas. Que la finalidad de cada persona no es tener hijos y morir. Que nadie está obligado a pensar de NINGUNA forma.
Pero nada... nos encerramos en estas ideas, y en otras peores, y olvidamos ese yo que está dentro de nosotros y que nunca ha dejado de gritar sus anhelos a pleno pulmón.
¿Por qué estar con alguien a quién no quieres? ¿Por qué aprender algo que realmente no te interesa?
Que si, yo creo que hay personas que bañandose en dinero son felices... Pues oye, genial. Lo que no comprendo es que haya personas que no captan la idea de que otras sean felices saltandose ese punto, o incluso que critiquen a las personas que lo hacen.
Es triste, sí, y quizás más triste sea darle la importancia que le estoy dando yo ahora mismo. Supongo que lo más probable sea que dentro de un rato vuelva a observar con la misma objetividad de siempre, y el pequeñajo de dentro me recuerde que no merece la pena, realmente, enfadarse por las cosas que no comprendo, que siemplemente son, y que van a ser sea consciente yo o no.
A fin de cuentas, el odio engendra odio, el amor, amor(a pesar de que por la simple mención de la palabra mucha gente se lo vaya a tomar a cachondeo)
¡Pero es verdad! Hoy en día pensamos que "ser duros" es huir de cualquier tipo de positivismo, que ser el objetivo del mundo es la mayor madurez a la que podemos aspirar... Y bendita inocencia, ojalá pudieramos darnos cuenta de que es más sencillo poner morros y fruncir el ceño, que sonreir y buscar las mil y una alternativas que a cada momento se nos presentan.
Y, a pesar de todo, no quiero criticar a nadie, ni denunciar ninguna situación... supongo que las cosas irán llegando. De momento, para aquellos que me lean e intenten comprenderme, me gustaría lanzar el consejo de que ante todo disfruten, que sean lo que ellos quieran ser con todas sus fuerzas, ya sea un presidento, o el más astuto ladrón de bancos. No hay prisa. Hay demasiado que ser, que ver, que experimentar, como para poder tocar el límite a la primera de cambio.

sábado, 23 de mayo de 2009

Cambios

¿Cambiar?
Ya, bueno... Ojalá pudieramos entender lo complicada que es esta palabra en sí. Podemos cambiar de ropa, de música, podemos cambiar nuestra forma de hablar, de movernos, de puntos de vista. ¿Pero y el cambiarnos a nosotros mismos? Eso me temo que es otro mundo a parte. Al fin y al cabo,
¿alguien de verdad es capaz de cambiar lo que es, esa esencia que le hace ser lo que es? Quizás todos los ejemplos que he expuesto antes no sean más que disfraces para el yo inmutable que se esconde detrás del telón.
De todas formas siempre queda la ilusión de conseguirlo, y heme aquí, la gran defensora de esa frase que decía que si quieres algo de verdad, siempre es posible. Que bueno, aquí interviene eso de aparentar querer algo para que esos terceros malpensados y conspiradores no te tomen por una mala persona. "Si, si, yo quiero ser tal o cual", tristes formas de engañarnos a nosotros mismos, al fin y al cabo.
Una vez escuché que cada uno es ni más ni menos que lo que quiere ser. Claro, así en seco a muchas personas le sonará a burrada rotunda. Yo no lo veo tan lejos de la realidad... Pero claro, ahí está la voluntad, las "verdaderas ganas", que como siempre se ha dicho... "por querer..."
Sí, creo que eso del cambio es complicado, y más teniendo en cuenta esa ironía de que todos queremos ser siempre lo que precisamente menos somos. Quizás por eso mismo he aprendido a apreciar a las personas que se quieren y se aceptan como son (que existen, que existen...), aunque no por ello sean muy bien vistas por los demás.
También hay personas más reacias al cambio, creo... He conocido gente que no deja de tropezarse una y otra vez con la misma piedra, y posiblemente aun no se hayan, ni se vayan a dar cuenta en un buen tiempo, del pequeño obstáculo. Y por el contrario, gente que con mirar a la otra persona caer y caer, ya supieron asumir la moraleja del asunto, saltar el bache, y aplicarse el cuento a sus vidas.
En fin... quizás es momento de dejar de irse por las ramas, porque me temo que ya estoy desvariando un poco con el asunto. Lo único que intentaba decir, en definitiva, es eso que ya he comentado antes, todos y cada uno de nosotros estamos preparados para ser lo que queramos ser, siempre que, valga la redundancia, ¡queramos de verdad!
Y sobre todo, antes de pensar en lo que quieres ser, en lo que podrías ser, date cuenta de quien eres, porque creo que cada persona tiene algo que la hace especial, distinta, y muchas veces el miedo a conocernos a nosotros mismos nos lleva en una búsqueda desesperada de esos espejismos que mencionaba al principio.


Pd: ¿Más cambios?... quizás mejor seguir con mis poemas de toda la vida, ¡que es menos complicado que esto!

martes, 12 de mayo de 2009

Un breve paseo lejos de mí

¿Y ahora como se cual es la postura adecuada?
¿Donde está la lente que me permita ver claro todo esto?

Todos tenemos derecho a sacar nuestra fiereza humana alguna vez, a perdernos en esta marea borrosa. Hoy me toca a mí. Me toca bajar y ser consciente de mi cuerpo, de mis manos, de abrir los ojos a la desolación y el silencio. Me toca perder la ilusión por unos momentos, olvidarme de todo y de todos y sentir la rabia recorrer mis venas hacía arriba y hacía abajo. Sentir el egoísmo penetrante del que no ha aprendido a vivir el presente dentro de sí mismo.


...Perderme...


Condenar, dividir, bajar a lo más hondo de mí misma, a lo más sucio e incomprensible y estallar con todo ello. Gritar que sigo siendo todas la noches que se quedaron atrás, agarrarme a un recuerdo ardiente y afilado y aullar palabras que no podrán ser comprendidas por nadie más que yo.


Yo. Yo. Yo. Y repudiar todo lo que no tenga que ver con esa palabra. Incluir e ese yo todas las cosas que no volverán.










¿Y luego?

Más tarde respiraré despacio, arrastraré el saco de mis emociones hasta esta habitación y volveré a quitar el lazo que anudé por error. Recordaré que no tiene sentido esta lucha contra el pasado, escucharé aquella canción que me devuelve al palacio de cristal...Y aunque jamás sea capaz de arrepentirme por ese lado tan humano que a veces se apodera de mí, volveré a encontrarme, a lo auténtico. Esa esencia que no puede ser borrada.





Y, joder, no me lleves a tu mundo de nuevo, no para enseñame a odiarte...

lunes, 20 de abril de 2009

¿Puedes...?







Puedes dejar que cada impulso irracional te domine,
y caminar sobre una jungla de malas intenciones.
Puedes abrazarte a las incógnitas del destino,
besar a la muerte, y ver fluir río abajo toda tu historia.


Puedes hacer que esta energía se dispare en todas direcciones,
que tiña de naranja el cielo y encienda el fuego de cada pecho.
Puedes intentar, si quieres, escalar los hilos
que están sujetos a tus arterias, hasta el gran titiritero
y observar en la inmensidad toda esta gran comedia.


Puedes llamarlo poesía, y perderte en los huecos
que quedan entre verso y verso, en los silencios,
olvidar el verbo que selló mis labios, perder las palabras
y romper con las normas que un corazón jamás entendería.


Puedes arrancarme la ropa, desechar la poca humanidad
que queda detrás de mis ojos,
y hacer que la bestia que vive en mi interior solo sepa rugir tu nombre
en el crepúsculo de su final.



Yo ya no puedo hacer nada,
no puedo comprender, ni actuar, ni escribir más réquiem
a sombras incorpóreas,
no puedo encontrar mi contorno desnudo tras las palabras
que se fueron desvelando detrás del vaho de la ducha.


Yo puedo sentarme, mirar hacía abajo y sonreír.
Asumir la derrota mientras se apagan las luces.
Quedarme quieta en el equilibrio de mis emociones,
atar a la bestia hasta el final de la escena.


domingo, 5 de abril de 2009

5 de abril, 2009









Si aquí hubiera mar, me sentaría en cualquier orilla olvidada a esperar a que se terminara el tiempo de la forma menos metafórica posible. Siempre he necesitado de una dosis de soledad diaria que me recuerde que la vida no se precipita a toda velocidad acantilado abajo, como muchas veces he creído entender. Y en seguida me refugio en esa manta de palabras, de sensaciones, de personas, cuando definitivamente me pierdo en un horizonte figurado. Busco entre la música cualquier nueva emoción, son parte de cada momento, y hasta la más profunda quietud en mi vida lleva banda sonora. A veces me gustaría gritar, simplemente, y ser ese retrato desconocido que muchas veces dibujo en mi cabeza. Poder decir que he olvidado, porque alguna vez el recuerdo me ardió en el alma.
Me miro al espejo y la chica del otro lado me pregunta quién soy. Muevo las cejas, abro la boca; “no, no consigo llegar hasta el fondo de tu mirada” Sin embargo puedo coincidir con ella en que una vez escuchamos esa voz pidiéndonos que habláramos... desde entonces llevo toda mi vida con la absurda sensación de que tengo algo que decir. Pero no hay mensaje, ni un receptor esperándome al otro lado de la línea.
Cruzo túneles dentro de mi cabeza y cierro los ojos cuando llega la luz. A veces es agradable que este drama se derrame poco a poco y me sumerja en la tristeza. A veces, soy capaz de reír hasta sentir que he gastado todo lo de dentro. Sí, es agradable poder tomarse las cosas con calma, aunque ahora mismo escribiría en rojo un nombre en las paredes, rompería cristales, tomaría conciencia de la humanidad salvaje y después lloraría como un niño pequeño en cualquier rincón de mi solitaria habitación.
Sí, creo que dejaría de lado eso de que todo es unidad, y abrazaría cada muñeco, me apropiaría de cada libro de este cuarto, llamaría mías a mis prendas, escribiría una carta donde solo apareciera un te quiero y al fin me arrepentiría de todas las palabras que dejé caer, que se quedaron pegadas a mis labios hasta la podredumbre.








Se arrodilla el fantasma de los hechos,
me postro ante él, caballero de armadura oxidada
y sin pasado. Me postro ante la vida.
Ignorante, ilusa;
ya se que no volverás. No importa.
Las nubes de algodón seguirán siendo dulces,
y las sonrisas seguirán robándome segundos.

lunes, 30 de marzo de 2009

Las horas rotas



Hay veces en las que me gustaría de verdad detener el tiempo. ¿Y a quién no le ha pasado?
Momentos en los que dices, "ahora, ahora estoy bien y creo que nadie puede robármelo", para más tarde maldecir aquella fugaz felicidad.
Ahora no es uno de esos momentos, pero sí que me gustaría que, por unos instantes, este terrible tiovivo dejara de dar vueltas, y pudiera apaciguar un poco todo lo que se me arremolina en la cabeza salvajemente.
A pesar de todo, hoy es un día lluvioso, y la lluvia es capaz de transformar en nostalgia la tristeza. Nos pone esa lente que suaviza todo lo malo y lo aplasta al fondo de nosotros mismos. La lluvia suele absorberme, el café helado que tengo sobre la mesa lo demuestra. También lo demuestra este arranque de prosa, a pesar de que ni nunca se me ha dado bien, ni nunca he sabido en condiciones, hablar sobre mí misma.
Quizás sea por el tiempo, como decía antes, o por dejar de repetirme una y otra vez la misma frase que últimamente ronda en mi cabeza, hoy tengo la necesidad más que nunca de sentarme ha hablar con cualquier desconocido, dejar que mi historia fluya y deje de cobrar importancia al ser recogida por aquel tercero. Supongo que todo llega, y que el tocar fondo solo es señal de que es momento de empezar a subir. Quién sabe. Ojalá pudiera creer en el futuro, tomarme en serio esas cartas, vivir de verdad los momentos, dejar de engañarme. Pero es complicado encontrar nuestro verdadero rumbo, y más aún, una vez conocido saber seguirlo, y aguantar con estoicismo una y otra vez todos esos golpes que nos esperan en el camino.
Pero esto, en fin, solo son palabras. Palabras que no pueden quedarse en mí, y por no tener otra opción, entrego a este folio que llamo desconocido. El fruto de unas horas rotas que mañana habré olvidado. Que el tiempo barrerá cuidadosamente y filtrará por los años. Unos puntos suspensivos en el transcurso de mi vida.

martes, 24 de marzo de 2009

Inspire me


... No digas nada.






Deja que el momento me desborde,

pero solo por esta vez.

viernes, 13 de marzo de 2009

Retracto místico








Como el papel que arde. Las realidades girando sobre si mismas y distorsionándose. No hay explicaciones. El “nunca” se queda corto intentando alcanzar eso que no comprendes. Y los significados, que como la arena en mi puño abierto van reduciéndose a la nada, desnudando las ideas hasta el mismo abismo estéril de la esencia bruta.
El resto está de más. Versos pornográficos sin trasfondo ni sentimiento.
Vida y muerte son dos palabras, no pueden formar parte de este instante, este trozo de Ya que no podría encajar en otro lugar, ni en la odisea de otros labios.
Salto de cabeza a aquel lago en blanco y negro, me sobra el oxigeno, y me hundo más aun. Entonces mi propio cuerpo deja de tener sentido también.
El acto de la perfecta deshumanización. No hay testigos, no hay arma, tampoco hay miedo.
Deja que esta imagen te justifique. Que estos colores sean los tuyos, y las formas y las ideas encajen como un puzzle en cada fibra de tu piel. Sé aquella fotografía descolorida, intemporal, eterna. De esa forma me envolveré de invierno. Juraré que no hay nada más allá de estas frases inconexas.
...Quema estas lineas y terminarás con mi vida.

miércoles, 11 de marzo de 2009








A veces la tristeza es tan grande que no puede expresarse con palabras.

O tan profunda, que aunque se ponga por escrito, el poema no puede ser comprendido.

Por eso, es mejor que hoy no escriba más, y que el silencio diga todo lo que yo no puedo.

jueves, 5 de marzo de 2009

Eterna desconocida





Todas estas palabras,
ya me habían elegido de antemano.
Ya había encontrado, entre todos los caminos
de mi estupidez rotunda,
el oscuro sendero que se pierde en tu mirada.

Es imposible domesticar las emociones,
o ponerle freno a un tanque cargado,
con el cañón apuntando a nuestros actos.
Y es imposible aliarse con el miedo para evitar recordarte.

Mirando de vez en cuando el dorso de los recuerdos,
temiendo la fatal fecha de su caducidad.
O borrando y volviendo a escribir, mil veces,
frases que solo vienen a decir lo mismo,
que me arranquen de este silencio,
y pueda salir corriendo de una vez por todas.

Y, sobre todo, teniendo cuidado,
no quiero romper por descuido ese hilo cobarde,
que me convierte en la eterna desconocida.

lunes, 2 de marzo de 2009

Lluvia



Hoy tengo miedo de mis propios versos,
que me miran de pie, bajo aquella tormenta,
mientras me hago un ovillo sobre mi misma,
y, las manos en mis oídos...
No puedo evitar escuchar las campanas
que anuncian mi decline.

domingo, 1 de febrero de 2009

Quién te ha visto y quién te ve





Habráse visto
Largas piernas, ojos tristes,
Cristales rotos en las aristas
Una ausencia similar
Inclinada tras la barra de un bar

Ya no fumo, me dices
Y tu contorno se transfigura tras el humo
Para que seas una sombra
Perdida tras otras sombras,
Tras los ojos de un desconocido misterioso
Que prometa todo sin decir nada
Que prometa el beso que prometes y que sellas
Que despiertas, maldito amor,
Tras las luces de la noche,
Confundidas con falsos latidos
Donde el deseo no quiso dejar su huella.

Y repito que no he visto en tu halo
Atisbo de duda, aunque encojas la tristeza
En débiles sonrisas, mudas, y aprecies el licor
Más dulce cada día, calle abajo en tu garganta
Rumbo al olvido en otros sitios menos oscuros.

Sí, eso creo, y mañana podrás quitarte la máscara.
Hoy abre otra botella, seca las lágrimas
Y deja de tapar el roto de las medias.
Tengo ganas de reirme del mundo,
Y con quién mejor que tú, cuando salgo de estas páginas.

lunes, 26 de enero de 2009


CUANDO SOBRAN LAS PALABRAS








jueves, 22 de enero de 2009

Un poco de tu aliento.



He intentado echar de menos mis palabras
Vaciarme del todo, tirarlas fuera.
Y no, no hubo manera,
De que, ellas, tan orgullosas, me volvieran sus miradas
Por pura voluntad, sin que tuviera que ponerme de rodillas
Y cambiarles sus migajas por trocitos de mí misma.



De todas formas,
Tampoco intenté escribirle más versos a tu ombligo,
Ni buscar la tonalidad de tus besos,
(Aunque ya sabía que eran demasiado dulces
Para poder ponerles nombre)



No importa, me dice la extraña que vive en mi cabeza.
Porque tengo un blues, y ganas de perderme en tus ojos,
Que me están guiando por 200 mundos
Creados en tres metros cuadrados que ya tienen grabada tu huella.



Y agacha las alas mi ángel de la guarda, derrotado,
Mientras nos mira bailar desde el techo.
Y vacía luego su tercer güisqui,
“Ya sabía que esta chica no tenía remedio...”



Y sí, son versos dedicados a tus manos
¿Y sabes?
Me está picando la conciencia de nuevo
Al recordar el camino de tu espalda
Que me lleva al punto inflexible
Donde se pierde tu aliento.

… Por eso quizás le doy la vuelta a las palabras,
Para encontrar la dosis perfecta de tu ausencia,
Y dejarla en este folio antes de que te vayas,

miércoles, 7 de enero de 2009

Y punto.


¿Que tiene que explotar?
Pues que explote, que rompa los malditos moldes.

Que me he cansado de ser una perra lastimera.

Y de dibujar con lágrimas en el aire corazones.

Sí, si, soy la que está trepando a la montaña más alta,

Y la que está rompiendo todas las cartas,

La que está corriendo hasta quedar sin aliento cuesta abajo,

Y la que se ha atragantado con tantos recuerdos,


Sí, sí, va a ser hora de reinventarse, Salva.

Y reirme de mis propios versos hasta que se encojan,

Y cortar por lo sano las malas hierbas,

Y si hace falta, terminar el poema con un sincero, y práctico

¡A la mierda!