lunes, 30 de marzo de 2009

Las horas rotas



Hay veces en las que me gustaría de verdad detener el tiempo. ¿Y a quién no le ha pasado?
Momentos en los que dices, "ahora, ahora estoy bien y creo que nadie puede robármelo", para más tarde maldecir aquella fugaz felicidad.
Ahora no es uno de esos momentos, pero sí que me gustaría que, por unos instantes, este terrible tiovivo dejara de dar vueltas, y pudiera apaciguar un poco todo lo que se me arremolina en la cabeza salvajemente.
A pesar de todo, hoy es un día lluvioso, y la lluvia es capaz de transformar en nostalgia la tristeza. Nos pone esa lente que suaviza todo lo malo y lo aplasta al fondo de nosotros mismos. La lluvia suele absorberme, el café helado que tengo sobre la mesa lo demuestra. También lo demuestra este arranque de prosa, a pesar de que ni nunca se me ha dado bien, ni nunca he sabido en condiciones, hablar sobre mí misma.
Quizás sea por el tiempo, como decía antes, o por dejar de repetirme una y otra vez la misma frase que últimamente ronda en mi cabeza, hoy tengo la necesidad más que nunca de sentarme ha hablar con cualquier desconocido, dejar que mi historia fluya y deje de cobrar importancia al ser recogida por aquel tercero. Supongo que todo llega, y que el tocar fondo solo es señal de que es momento de empezar a subir. Quién sabe. Ojalá pudiera creer en el futuro, tomarme en serio esas cartas, vivir de verdad los momentos, dejar de engañarme. Pero es complicado encontrar nuestro verdadero rumbo, y más aún, una vez conocido saber seguirlo, y aguantar con estoicismo una y otra vez todos esos golpes que nos esperan en el camino.
Pero esto, en fin, solo son palabras. Palabras que no pueden quedarse en mí, y por no tener otra opción, entrego a este folio que llamo desconocido. El fruto de unas horas rotas que mañana habré olvidado. Que el tiempo barrerá cuidadosamente y filtrará por los años. Unos puntos suspensivos en el transcurso de mi vida.

martes, 24 de marzo de 2009

Inspire me


... No digas nada.






Deja que el momento me desborde,

pero solo por esta vez.

viernes, 13 de marzo de 2009

Retracto místico








Como el papel que arde. Las realidades girando sobre si mismas y distorsionándose. No hay explicaciones. El “nunca” se queda corto intentando alcanzar eso que no comprendes. Y los significados, que como la arena en mi puño abierto van reduciéndose a la nada, desnudando las ideas hasta el mismo abismo estéril de la esencia bruta.
El resto está de más. Versos pornográficos sin trasfondo ni sentimiento.
Vida y muerte son dos palabras, no pueden formar parte de este instante, este trozo de Ya que no podría encajar en otro lugar, ni en la odisea de otros labios.
Salto de cabeza a aquel lago en blanco y negro, me sobra el oxigeno, y me hundo más aun. Entonces mi propio cuerpo deja de tener sentido también.
El acto de la perfecta deshumanización. No hay testigos, no hay arma, tampoco hay miedo.
Deja que esta imagen te justifique. Que estos colores sean los tuyos, y las formas y las ideas encajen como un puzzle en cada fibra de tu piel. Sé aquella fotografía descolorida, intemporal, eterna. De esa forma me envolveré de invierno. Juraré que no hay nada más allá de estas frases inconexas.
...Quema estas lineas y terminarás con mi vida.

miércoles, 11 de marzo de 2009








A veces la tristeza es tan grande que no puede expresarse con palabras.

O tan profunda, que aunque se ponga por escrito, el poema no puede ser comprendido.

Por eso, es mejor que hoy no escriba más, y que el silencio diga todo lo que yo no puedo.

jueves, 5 de marzo de 2009

Eterna desconocida





Todas estas palabras,
ya me habían elegido de antemano.
Ya había encontrado, entre todos los caminos
de mi estupidez rotunda,
el oscuro sendero que se pierde en tu mirada.

Es imposible domesticar las emociones,
o ponerle freno a un tanque cargado,
con el cañón apuntando a nuestros actos.
Y es imposible aliarse con el miedo para evitar recordarte.

Mirando de vez en cuando el dorso de los recuerdos,
temiendo la fatal fecha de su caducidad.
O borrando y volviendo a escribir, mil veces,
frases que solo vienen a decir lo mismo,
que me arranquen de este silencio,
y pueda salir corriendo de una vez por todas.

Y, sobre todo, teniendo cuidado,
no quiero romper por descuido ese hilo cobarde,
que me convierte en la eterna desconocida.

lunes, 2 de marzo de 2009

Lluvia



Hoy tengo miedo de mis propios versos,
que me miran de pie, bajo aquella tormenta,
mientras me hago un ovillo sobre mi misma,
y, las manos en mis oídos...
No puedo evitar escuchar las campanas
que anuncian mi decline.