jueves, 28 de octubre de 2010

A través de la ventana un universo se expande indefinidamente, se expande como la música. A través de la ventana un universo nublado accidentalmente, observa a una persona que lleva mi nombre y sufre la fugacidad de la inspiración, desgastándose en la continuidad del parpadeo del puntero. Y el universo y el personaje, que lleva mi nombre plasmado en un Yo borroso, dejan a un Dalí idealizado derretir palabras en la palma de la mano del Yo. El suelo se llena de tinta negra, gris, blanca; el parqué se empapa de olvido y el universo parece tener miedo a la inmensidad. El universo se siente como náufrago rodeado de agua que es agua en el parqué del Yo, que observa su rostro en el charco incoloro de la inspiración.


Música se convierte en universo, cargando la mañana nublada de un contrapunto insostenible desde los cuatro costados del espacio. El vanguardismo tormentoso desfila a través de la ventana, aísla la soledad del universo. Observa al escritor que, ojos sumergidos, deja de encontrar sentido a su nombre.

jueves, 14 de octubre de 2010

Desastre continuo,
silencio, grito, giro,
despiste y carrera.
Música,
desestructura,
pacífico retorno,
olvido y letargo.
Despierto.
Confusión constante,
nebulosa,
cruce y sonrisa,
observas, humo, altura.
Meditación, ruido,
huida y precipicio.
Ansiedad y búsqueda.
Soledad, saltas,
esperas.
Rompes.
Silencio...
Locura. Coma.
Desastre continuo.

martes, 12 de octubre de 2010



Él dijo ser Dios,
¡Oh milagro!
Le rodeamos de ángeles
en todas las estatuas del mundo.
¡Qué elegancia! ¡Qué talento!

Él ha dicho que es Dios,
¡Santo cielo!
Y está gastando todo el dinero
en jugar, beber, reír,
mientras con descaro acaricia
a su mujer bajo la mesa.

¡Qué genio! ¡Qué delicadeza!
No le quedan fuerzas
para reírse de todos nosotros
encerrado en su estudio.
Que es Dios y no le pagan.
¡Oh!

Qué sencillez, qué sonido,
¡Qué pureza, caballeros!
No puede el bribón
aguantar más las carcajadas.
Porque ha dicho que es Dios,
y le creyeron, ¡milagro!


No te preocupes,
no hay sociedad en este planeta
que esté lista para escuchar al genio.
Al genio que dice ser Dios,
¡Cielos!
mientras al público, emocionado,
enseña un minúsculo fragmento
de maestría bañado en sarcasmo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Es imposible olvidarse de ti.
Día tras día tras día.
Y en momentos como éste,
que siempre me rescatabas
enterrándome en tu lomo.

martes, 5 de octubre de 2010

Cuánta preocupación.
Qué caos.
Qué locura.
Gritando
desde esos edificios tan altos.
Rompiéndose los nervios.
Todo el día hablando
con máquinas muertas.
Todo el aire es negro,
es peligroso.
¡La naturaleza es peligrosa!
Y amenaza con partir en dos
todos los rascacielos.
(No, nadie le cree.)
Van corriendo de un lado a otro,
y nadie escucha.
¿Qué les pasa?
Nadie respira,
nadie saborea.
Nadie toca ni siente.

Ovidio, Ovidio,
pero cuánto te envidio al verte.
Allí sentado,
a las puertas de tu casa,
rodeada de flores y de silencio.
Tan tranquilo...
Pensando, amigo,
pensando sin prisa
en el significado de la palabra Amor.