miércoles, 24 de diciembre de 2008

Las cartas al aire



Voy a escribirte aquí las pocas palabras que me quedan por decirte, o al menos las suficientes para que este peso no me lleve consigo hacia abajo. Y voy a escribirlas aquí, precisamente, porque aunque su misión sea llegar hasta ti, rozar tu corazón y escaparse definitivamente, se que no visitarás este sitio, y aunque lo hicieras jamás sabrías que este montón de palabras lleva tu nombre escrito.
Sí, yo podría darte la mano y llevarte por los escondrijos de mis sentimientos, si quisieras, al reverso de cada una de estas palabras; pero, ¿Y cuando vieras tu imagen grabada en ellas? Correrías, se que huirías donde tu corazón no pudiera alcanzarte. Por eso no me queda otra que soltar la cuerda que me unía a ti, y tumbarme en la noche a esperar que el aire se lleve el aroma de tu recuerdo, y el eco de mis propias palabras se confunda con tu respiración hasta darme cuenta de que solo fuiste una ilusión, un trozo de vida que ya no tengo.
Luego metería mis manos en los bolsillos, cuando estuviera desintoxicada de ti definitivamente, y recorrería de nuevo las calles solitarias donde un día reconocí tu rostro entre un mar de gente sin nombre, mirando siempre al cielo para evitar tu mirada. Entonces podría volver a esculpir versos en tu nombre que no dolieran como ahora, y abrazar tu silueta difuminada sobre un fondo menos oscuro.
Es difícil creer que no voy a esperar, que no voy a actuar, que no voy a ser yo, sobre todo para mí. Pero a cambio solo te pediré que no mires, no escuches, y no hables; déjame tumbarme en la noche y lanzar versos al viento como una borracha que ha perdido la esperanza.

7 comentarios:

Salva dijo...

Conseguiste quitarme el hipo... ;)

Salva dijo...

Asín es más fácil :D

Kiss!!!

Gilda Manso dijo...

Me encantó. Salvador tiene razón: escribís genial.

:)

Un abrazo.

http://elarcangelmiron.blogspot.com/

simultaneo dijo...

ilimitada

Anónimo dijo...

me encanta:)

Failwoman dijo...

Es perfecto:D

Francisco Rodríguez dijo...

He estado repasando las entradas antiguas de tu blog y aquí estoy en esta segunda, que se parece, aunque mejor escrita ésta, a alguna de las mías. Me gusta porque nuestro principio, aunque en distinto tiempo, está marcado por parecidos sentimientos. Y porque hay alguien que siente o ha sentido lo mismo y eso hace que me vea reflejado entre las palabras de tus frases.
Nos vemos, compañera!