jueves, 22 de enero de 2009

Un poco de tu aliento.



He intentado echar de menos mis palabras
Vaciarme del todo, tirarlas fuera.
Y no, no hubo manera,
De que, ellas, tan orgullosas, me volvieran sus miradas
Por pura voluntad, sin que tuviera que ponerme de rodillas
Y cambiarles sus migajas por trocitos de mí misma.



De todas formas,
Tampoco intenté escribirle más versos a tu ombligo,
Ni buscar la tonalidad de tus besos,
(Aunque ya sabía que eran demasiado dulces
Para poder ponerles nombre)



No importa, me dice la extraña que vive en mi cabeza.
Porque tengo un blues, y ganas de perderme en tus ojos,
Que me están guiando por 200 mundos
Creados en tres metros cuadrados que ya tienen grabada tu huella.



Y agacha las alas mi ángel de la guarda, derrotado,
Mientras nos mira bailar desde el techo.
Y vacía luego su tercer güisqui,
“Ya sabía que esta chica no tenía remedio...”



Y sí, son versos dedicados a tus manos
¿Y sabes?
Me está picando la conciencia de nuevo
Al recordar el camino de tu espalda
Que me lleva al punto inflexible
Donde se pierde tu aliento.

… Por eso quizás le doy la vuelta a las palabras,
Para encontrar la dosis perfecta de tu ausencia,
Y dejarla en este folio antes de que te vayas,