martes, 15 de septiembre de 2009

Fugaz

Fríos, como el suspiro de un ángel,
sus dos ojos, fríos, como una noche en el desierto.
Y sobre mis hombros, frios, dos eclipses lunares,
el inombrable verbo del infinito.

Reconozco la chispa del deseo, pero no puedo entregarme al gigantesco mar de asombro
que se abre ante mí misma.
Es demasiado pronto para el mundo de los sueños.

La línea de tus labios, el haz que traza tu espalda,
se borrarán sin remedio,
se irán las palabras, todo lo pronunciable,
y lo fugaz.
Se irán tan veloces como el nombrar de un te quiero.

Pero oye, he memorizado tu sonrisa...
Intacta en mi cabeza.
La mejor fotografía jamás revelada.
Y he guardado en mi cabeza el tesoro de tus ojos,
del más allá de tu mirada.

Para siempre...

Porque fría quedará tu imagen, helada,
al final del baúl de una vida entera.
Fría tus sonrisas, frías tus manos,
frío... el mismo cálido negro de tu figura.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿0 comentarios? ¡Esto no puede ser! Este poema se merece comentarios, ¡miles de comentarios!. Y todos positivos claro =D
Creo que con esta ya lo he leido unas 1500 veces... y todavía quedan unas cuantas jejeje. Como bien dice el refrán "cuando un tonto coge una linde la linde se acaba pero el tonto sigue".
I.Adler

Vergónides de Coock dijo...

Dentro de este mundo de la blogsfera, en que todo el mundo escribe huevadas; las tuyas llaman mucho la atención, y además me encanta lo caótico de tus textos, no se si será adrede pero I like it. Suerte.