Esquivo una nota. La nota
que me lleva hasta el lago gris donde me hundo.
Donde me hundo. Y prometo dejar cada vicio.
El humo, la evasión, y aquella nota
que entonaba tu cuerpo cuando se anudó conmigo.
He recordado los callejones donde nos perdimos.
Lo oscuro de ti, lo escondido y oscuro.
Y la música de ti.
Y lo dejo. Con esta madurez anticipada por unas horas.
Lo dejo porque el reloj me ha maldito,
por llevar pintada tu lágrima debajo del iris.
1 comentario:
Que bonito...
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