domingo, 28 de febrero de 2010

Revés

Puede que el contexto se perdiera,
misterioso como las alas de un ángel.
Y se ha escamado el tiempo entre el nosotros.
Una fina capa de polvo entre los días,
las promesas.

Escucho mi voz, aquella voz,
ajena.
Y todo es roto. Esta soledad,
el trascendente mutismo que se enreda
entre los tejados.
La caída perenne de los signos.
El idioma que di por hecho,
como una nieve gris, como un invierno
a destiempo.

Los yoes que cuajan, se evaporan.
Desaparecen.

2 comentarios:

Salva dijo...

De lo que más me ha gustado en las últimas semanas :)

Anónimo dijo...

Me encanta la última frase
"Los yoes que cuajan, se evaporan.
Desaparecen"
B.