sábado, 29 de mayo de 2010

Réquiem

Qué bello, qué bello descaro el dejar de pensar
en la eterna comprensión de la locura.
Qué placer abrir las ventanas al mundo
y reír a carcajadas,
hacer partícipe al sordo público del nacer del egoísmo
que es la medida absoluta de la creatividad.

La soberbia soledad creadora.
El poder de entregar al instante
el ardiente orbe de tinieblas, el mar oscuro.
La noche, la noche del alma, Poesía.
De entregarte mi vida desnuda,
dejarte comprender, y comprenderme.
Que me desarmes sobre el lienzo
y vuelvas a levantarme en estos versos desgastados.

1 comentario:

Mao dijo...

=) dejarte comprender,y comprenderme. ay, Requiem....