Las ganas de escribir se escaparon en un escalofrío. Y el escalofrío se instaló en mis hombros, ondeando lentamente hacia abajo. Se detiene donde todo es parálisis, y allí creo morir. Creo encontrar la locura recubriéndome como una fina capa de polvo. Busco el tacto a tientas, desgarrando telarañas de inquietud. Mientras dure el escalofrío, la música jamás podrá entrar en resonancia con los miedos, no puede anularlos con la impaciencia. Inclino el rostro y acepto la parálisis, me rindo ante el monstruo que ha creado toda esta impotencia del lenguaje. La victoria del ignorante ahora ya no pesa tanto. El escalofrío rompe los lazos y escapa. Fuera llueve, y creo intuir con intermitencia la energía de la existencia.
5 comentarios:
muy buena entrada, enigmatica hasta cierto punto! intentando pensar en el escalofrío casi siento uno...
que tengas un buen día!
Te odio profundamente.
Yo llevo meses escribiendo pura basura y tú consigues sacar como de la nada toda la inquietud de un escalofrío.
¡Bravo!
Eres estupenda.
Bueno, soy nueva por la Blogosfera, pero he encontrado este blog y caray, no me arrepiento de haberlo añadido.
Casi he sentido el escalofrío, y las sensaciones que lo acompañaban.
Felicitaciones por tu blog.
:)
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