martes, 5 de octubre de 2010

Cuánta preocupación.
Qué caos.
Qué locura.
Gritando
desde esos edificios tan altos.
Rompiéndose los nervios.
Todo el día hablando
con máquinas muertas.
Todo el aire es negro,
es peligroso.
¡La naturaleza es peligrosa!
Y amenaza con partir en dos
todos los rascacielos.
(No, nadie le cree.)
Van corriendo de un lado a otro,
y nadie escucha.
¿Qué les pasa?
Nadie respira,
nadie saborea.
Nadie toca ni siente.

Ovidio, Ovidio,
pero cuánto te envidio al verte.
Allí sentado,
a las puertas de tu casa,
rodeada de flores y de silencio.
Tan tranquilo...
Pensando, amigo,
pensando sin prisa
en el significado de la palabra Amor.

2 comentarios:

PierroT dijo...

Nunca dejarás de ser genial. Nunca.

Salva dijo...

Cómo odias a quien perturba la paz y la tranquilidad ;)